Análisis de los labios

Miramos los labios y la relación con su entorno. Los labios se analizan junto con el rostro en su totalidad y la lengua, además de los dientes, dentro del estudio ortodóncico. Así haremos el diagnóstico de la situación dental del paciente y planificamos el tratamiento.

Grosor de Labios

Como hemos visto anteriormente en el artículo de Análisis Facial, el grosor de los labios nos orienta en cómo hacer el tratamiento.

Labios gruesos

Significa musculatura débil y, por lo tanto, los dientes tendrán facilidad para avanzar. Será más fácil mantenerlos en su sitio una vez terminado el tratamiento.

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Labios finos

Significa musculatura fuerte que se opondrá al avance de los dientes. Si durante el tratamiento avanzamos los dientes, después habrá que usar retenedores fijos (por dentro de los dientes) o removibles transparentes, durante mucho tiempo.labios-finos-

 

Relación de los labios con las zonas próximas

Relación con el mentón

Es el pliegue sublabial o pliegue mento-labial. Es decir, el pliegue que está justo debajo del labio inferior.

  • Profundo, cuando hay resalte, es decir, los dientes superiores no contactan con los inferiores, sino que están bastante más adelante, dejando un hueco entre ellos.

  También cuando hay mordida cerrada esqueletal, es decir, el tercio inferior de la cara es corto ya que la distancia entre la base de la nariz y el mentón es corta con respecto al resto de la cara.

  • Pequeño o aplanado, cuando la cara es alargada.

Relación con la nariz

Es el Ángulo naso-labial, es decir el que hace el labio superior con la base de la nariz.

Si en estrecho, menor de 90 grados, puede ser que los dientes superiores empujen el labio superior hacia arriba por estar muy inclinados hacia adelante o proclinados.

En caso de que estén bastante proclinados y haya apiñamiento o dientes montados, si en el tratamiento que estamos pensando se alinean los dientes, se inclinarían demasiado hacia adelante y arriba, saliéndose las raíces del hueso maxilar superior. Esto nos indicará que hay que extraer algún diente para hacer sitio para que quepan todos los dientes alineados.

Relación de los labios con los dientes

Hay que tener en cuenta que los labios contienen la musculatura orbicular, que es circular, que “orbita” alrededor de los labios. Estos músculos junto con los de la lengua, modelan la posición de los dientes.

Los dientes, antes de la ortodoncia, están en una posición concreta debido a un equilibrio neuro-muscular determinado.

Por eso cuando cambiamos los dientes de posición durante el tratamiento, no debemos forzar demasiado la posición inicial de los labios, mejillas y lengua, ya que hay peligro que tras el tratamiento los dientes vuelvan a su posición inicial, sobre todo si no se utiliza la retención necesaria.

Estos retenedores suelen ser un alambre fijo detrás de los dientes inferiores, que no se ve, o unos retenedores transparentes que son una especie de fundas de plástico que se ponen solo para dormir.

Al analizar la relación de los labios con los dientes, nos vamos a fijar en los siguientes aspectos:

Sonrisa gingival

Al sonreír francamente, o en la sonrisa forzada, el paciente debe enseñar todo el incisivo central superior, incluso parte de la encía, en torno a 2 mm.

Cuando enseñan mucha encía por encima de los dientes superiores se denomina sonrisa gingival y se da más en mujeres.

Hace unas décadas se consideraba bonito enseñar mucha encía. Hoy en día, no tanto. Un ejemplo es la bella modelo y actriz española Inés Sastre: en las fotos naturales de las revistas, cuando sonríe, enseña muchísima encía. En cambio, en publicidad de cosméticos, la imagen está retocada y enseña unos maravillosos dientes blancos y largos, y poca encía.

Además de enseñar mucha encía, el problema es que se enseña mucho la unión de la raíz con el esmalte del diente propiamente dicho, y en personas fumadoras o que han tenido periodontitis, la encía se retira y se ven mucho las troneras o huecos negros entre los dientes.

Si además lleva fundas o coronas, si la encía se retrae por gingivitis o falta de higiene adecuada, se ve el contraste de la raíz oscura por encima de la funda.

La paciente con sonrisa gingival debe tener la dentadura lo más perfecta posible ya que cualquier defecto se nota.

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Si no es exagerada la sonrisa gingival, recomendamos no hacer nada, ya que, con la edad, el labio superior va cayendo y se enseña menos encía y también menos raíz dental.

El tratamiento ortodóncico de la sonrisa gingival se debe comenzar a los 9 años de edad, aunque también se puede mejorar si se comienza en la adolescencia.

De todas formas, hay veces que además se necesita cirugía para su corrección. En adultos solo se mejora con cirugía maxilar.

Labio superior con respecto al borde incisal

Fijándonos otra vez en los incisivos centrales superiores, miramos cuánto diente se enseña al hablar de forma natural desde el borde inferior del labio, al borde inferior del diente o borde incisillo normal es enseñar de 2 a 4 mm de diente.

El hecho de enseñar diente superior significa juventud, dado que, con los años, la cara va descendiendo y se ve muy poco diente superior o incluso nada y lo que se enseña al hablar es la dentadura inferior.

Las personas que tienen sonrisa gingival mejoran con la edad, ya que enseñan menos encía y en cambio, enseñan más diente superior que las personas de su edad, con lo que parecen más jóvenes.

La cantidad de diente superior que se enseña es importante, sobre todo, al hacer rehabilitaciones dentales completas, ya sea con dentaduras removibles o sobre implantes.

Tonicidad labial

Con los dedos índice y pulgar, se coge el labio superior o inferior para ver la fuerza que tiene. Si los labios son fuertes, serán finos y nos indica que, si en el tratamiento tenemos que avanzar mucho los dientes, luego será difícil de mantener el resultado, y quizás sea mejor extraer algún diente para hacer sitio y no tener que avanzar tanto.

Si los labios son débiles, y en este caso generalmente gruesos, podremos avanzar bastante los dientes obteniendo un resultado estable.

Competencia labial

Nos fijamos en el comportamiento de los labios en reposo y con los dientes cerrados. En este caso, los labios deben estar en contacto, cerrados. Si están abiertos, no cubren los dientes y no cierran la boca, son incompetentes.

Esta incompetencia labial puede ser debida a:

Causas dentales:

  • Demasiado resalte, es decir, los dientes anteriores superiores están muy adelantados con respecto a los inferiores, dejando un hueco anteroposterior cuando está mordiendo con todos los dientes de la boca.
  • Demasiada protrusión dental, es decir, los dientes están demasiado adelantados con respecto al hueso maxilar en el que están insertados y también respecto a la cara en general.

Causas faciales:

  • Cara muy alargada, con un ángulo muy abierto o grande entre maxilar superior y mandíbula.
  • Labio superior corto.

Causas funcionales:

  • Tiene un hábito labial o lingual, es decir, introduce con frecuencia y sobre todo al tragar, el labio o la lengua entre los dientes anteriores, haciendo que no contacten cuando se cierra bien la boca. Es una mordida abierta anterior. Puede ser también por habito de chuparse el dedo, o de utilizar mucho el chupete más allá de los 6 años de edad.
  • Respirador bucal, por tener vegetaciones o las fosas nasales obstruidas. La boca permanece abierta incluso por la noche. La lengua permanece baja y no se apoya en el paladar, por lo que éste se estrecha.

Una vez estudiados los labios, también veremos la lengua.

Análisis lingual

Nos fijamos en posiciones anómalas de la lengua, que hace que los huesos se desarrollen de forma inadecuada y que los dientes estén en posición incorrecta.

La lengua está formada por un grupo de músculos muy poderosos, y en permanente movimiento ya que deglutimos constantemente día y noche. Esto desarrolla una gran fuerza que desde el nacimiento va dando forma al desarrollo del hueso maxilar superior y del paladar, de la mandíbula y de los propios dientes.

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Vamos a ver dos casos en los que la lengua influye en el diagnóstico y el tratamiento ortodóncico.

Hábito lingual

En circunstancias normales, durante la deglución se contraen los músculos de los labios, las mejillas y la lengua para que la saliva o el bolo alimenticio vayan a la garganta y los podamos tragar.

Para ello la parte anterior debe estar cerrada, ya que, si no, parte de la comida o la saliva saldría por la boca. Por lo tanto, en la deglución se cierran los dientes anteriores, contactando entre ellos.

Si por algún motivo óseo o dental, los dientes anteriores superiores e inferiores no entran en contacto, para cerrar esa zona se introduce la lengua. Es el hábito lingual.

El hábito lingual, que suele ocurrir en niños, hace que los dientes definitivos anteriores no erupcionen del todo, permaneciendo el hueco entre los dientes.

Se comprueba si existe dicho hábito haciendo que el paciente en la consulta trague agua con los labios separados y mirando nosotros los dientes. Al tragar, vemos que la lengua se introduce entre los dientes.

Hay que estudiar si el culpable inicial es la lengua, o hubo otro problema que hizo separar los dientes y la lengua solo taponó la zona para poder tragar. Esto se refiere a que, en el hábito de chuparse el dedo, los dientes anteriores definitivos no erupcionan del todo y no contactan al deglutir. Entonces la lengua se mete para cerrar esa zona, y se hace permanente la malposición dental incluso si se deja en hábito de succión del pulgar.

Anquilosis lingual

Es una lengua con poca capacidad de movimiento.

En condiciones normales, el paciente puede sacar la lengua hacia adelante, más de 2 mm., por delante del labio inferior. Además, con la boca abierta, con la punta de la lengua se puede tocar el paladar.

En la anquilosis lingual, no puede hacer estos movimientos. Suele ser porque el frenillo lingual es corto y no deja moverse lo suficiente a la lengua, ni hacia arriba, ni hacia adelante. La lengua se mantiene siempre baja, y hace que la mandíbula sea grande, y como no sube al paladar para darle forma, hace que el paladar sea estrecho.

A veces es la causa de la clase III esqueletal. Hay que cortar el frenillo lingual, para que la lengua se libere y no esté siempre baja.

El estudio de labios y lengua forma parte del estudio ortodóncico en el que además de observar al paciente en persona, se estudian radiografías, fotos y modelos en escayola.