En los últimos 30 años, la implantología ha realizado grandes progresos y se ha convertido en una tecnología altamente especializada.
Gracias a las nuevas técnicas quirúrgicas, son cada vez más los pacientes que hoy en día pueden beneficiarse de los implantes. Las estadísticas de implantologia han mejorado considerablemente, siendo el porcentaje de fracaso de tan solo un 1% del total de pacientes con implantes.
El estudio previo
Este alto porcentaje de éxito se debe a un mejor estudio de la zona en la que se va a poner el implante y a la preparación de dicha zona.
En el momento de la extracción, haciendo que ésta sea traumática y quede la mayor cantidad posible de hueso, y después, mediante la corrección de defectos óseos o gingivales.
Las imágenes del escáner del maxilar superior o la mandíbula permiten una precisa visualización de la altura, anchura y densidad del hueso donde queremos poner el implante. Basándonos en ello, decidiremos la longitud, anchura y forma del implante que vamos a poner.
El buen manejo periodontal (encía al rededor del hueso) en la gestión de los implantes, es un elemento que mejora aún más el éxito de los implantes.
La cirugía del implante
Así pues, han evolucionado mucho los materiales de colocación de implantes, la elección de los implantes, el estado de la superficie osea y gingival sobre la que se trabaja y las técnicas quirúrgicas.
Hay varios factores a tener en cuenta:
- Utilizar implantes de titanio de Alta Calidad. Deben ser de un fabricante reconocido habiendo pasado unos controles de calidad exhaustivos.
- La superficie tiene que estar microscopicamente tratada para aumentar la adhesión al hueso.
- Emplear unos instrumentos perfectamente adaptados a la nueva forma de los implantes.
- Favorecer una estabilización primaria del implante (el implante debe quedar fijo durante la intervención), sin esfuerzo ni traumatismo.
La cirugía preimplantar
La cirugía preimplantar, cada vez más sofisticada, puede restituir el volumen óseo antes de la colocación del implante de la siguiente manera:
- Las cirugías de expansión de cresta o de aposición, que permiten aumentar el grosor de una cresta ósea reducida, y corregir su volumen y contorno.
- La cirugía ósea intrasinusal que, aumentando la altura del hueso, posibilita la colocación de un implante aunque estemos cerca de seno maxilar.
En implantología, el porcentaje de fracaso no supera el 1% siempre que lo realice un dentista experto.